El escultor D. Antonio León Ortega es el que se encarga de hacer la escultura de la Virgen de la Soledad con una medida de 1m. 70 cm. en el año 1.947, tras hecha la escultura, la Virgen de la Soledad hizo su primera aparición en una procesión junto con el Cristo de la Sangre ese mismo año, donde su sede sigue siendo en la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen y muchos años más tarde se encarga de la restauración de la Santísima Virgen de la Soledad el escultor sevillano D. José Manuel Miñarro el cual después de realizada la restauración sale en procesión en 1.998.
En cuanto a las características de la talla de la virgen cabe destacar varias que la hacen una talla única. Según se comenta el autor de la talla de María Santísima de la Soledad, el ilustre ayamontino Antonio León Ortega, se disponía a realizar una imagen de gloria, en concreto una inmaculada, cuando recibió el encargo desde Gibraleón de una dolorosa. Como ya tenia empezada la talla de la inmaculada cuando recibió dicho encargo se dispuso a modificar esa talla. De ahí que María Santísima de la Soledad tenga una serie características poco usuales en dolorosas. Cabe destacar su mirada al frente, y la juventud que desprende su rostro. En cuanto a características de la talla en si, es una talla hasta medio tronco y no de busto como es normal en las dolorosas.